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Agosto del 2022
Instalaciones de juego
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Romina Cabrera

Romina Cabrera

Maestra de Educación Inicial y Primaria.

«El espacio de juego y, por tanto, de aprendizajes y relaciones, resulta fundamental como ámbito para la experiencia lúdica compartida, pero siempre será solo el “telón de fondo” para que brille la figura de la infancia, acompañada por los adultos vinculares.»

Abad y Ruiz de Velasco (s/f)

 

 

Encuadre de la propuesta

En el presente año nos encontramos trabajando en un jardín de infantes situado en el oeste de Montevideo, con un grupo de nivel Tres años integrado por treinta y cuatro niños y niñas que asisten en forma regular.

De lunes a jueves, durante la primera hora de la jornada, quienes disfrutan de la compañía y del cariño de estos niños son Alejandra y Agustín, profesores de Danza y Educación Física, respectivamente. Los niños ya han incorporado que el ochenta por ciento de los días, durante la primera hora de la mañana, acuden a una de estas actividades.

Es en este contexto –y a partir del reclamo por parte de las infancias: “Y hoy, ¿quién nos espera?”; “¡¿Qué hacemos?!”– que surgió el pienso de qué hacer los viernes a primera hora de la jornada.

Nos planteamos los siguientes objetivos para el último día de cada semana:

• Generar situaciones de juego que les permitan a los niños y niñas habitar el espacio de una manera significativa en la que, más allá del mundo escolar, “otros mundos puedan ser posibles” y donde cada quien pueda contar su propia historia.

• Potenciar los ambientes, permitiendo la acción/transformación por parte de los niños y niñas para que sean los propios protagonistas del juego.

Para intentar alcanzarlos, planificamos con entusiasmo una secuencia de instalaciones de juego como espacios y encuentros educativos basándonos, entre otros, en los aportes teóricos de Javier Abad (artista visual, doctor en Bellas Artes y profesor de Educación Artística).

Son muchas las nominaciones que rondan este tipo de propuestas: “Escenarios o escenas de juego”, “Instalaciones de juego”, “Instalaciones artísticas”, “Instalaciones lúdicas”... De acuerdo con el recorrido teórico de Javier Abad nos referiremos a ellas como “instalaciones de juego”, por considerar que en este binomio de ideas se conserva su esencia originaria.

«...la palabra “instalación” ya hace una referencia implícita a la dimensión artística (la estética contemporánea, el diseño y los aspectos formales o materiales) y la palabra “juego” se refiere explícitamente a la dimensión pedagógica (la ética, los valores y las actitudes, los aprendizajes y las relaciones).» (Abad y Ruiz de Velasco, s/f)

¿Qué son las instalaciones de juego?

«Las instalaciones de juego son una propuesta educativa concebida desde la presentación estética de unos objetos específicos en un espacio transformable. Se dispone para favorecer el vínculo afectivo y las relaciones entre un grupo de niñas y niños acompañados de un adulto referente que da sentido a los procesos simbólicos de la infancia en un “lugar de símbolo” como metáfora de la vida de relación...»

(Abad y Ruiz de Velasco, s/f)

 

En esta secuencia de instalaciones de juego nos proponemos partir de determinados rituales (de comienzo, desarrollo y cierre de la actividad) estables e inmutables; y variar semanalmente tanto en la elección de elementos y objetos, como en la disposición de estos y del espacio.

¿Cómo preparamos el espacio?

Para comenzar, nos planteamos trabajar con un reducido listado de objetos para que la diversificación no primara sobre la simbolización. Coincidimos con los autores en lo oportunos que resultan los siguientes elementos a la hora de pensar en intervenciones de juego: flotadores o cojines, esponjas, maderas, cajas de diferentes tamaños y colores, pelotas de foam, toallas o paños, alfombras redondas, vasos apilables de plástico flexible, cortinas traslúcidas.

Si bien sugieren la utilización de cortinas traslúcidas de tonos claros, en esta secuencia hemos incorporado cortinas de diferentes materiales y tonalidades a fin de integrar elementos que tenemos en el jardín tales como tul, papel crepé, papel de diario, papel celofán. Al fin de cuentas lo interesante no son los objetos en sí, sino la función que cumple, o puede cumplir, cada uno de ellos.

En esta línea, consideramos necesario configurar el espacio con objetos que se combinen atendiendo a sus funciones. Destacamos las siguientes:

  • Permitir la construcción vertical y horizontal, al igual que la evocación de espacios con nombre: casas, camas, etcétera.

  • Sugerir la envoltura y calma para la intimidad, el ensimismamiento o el sí-mismo.

  • Facilitar el cuidado de uno mismo y de otros.

  • Posibilitar el escondite o la “desaparición”.

  • Contener la idea de proyección o lanzamiento.

  • Ofrecer territorios del nosotros para compartir.

  • Ofrecer diferentes transformaciones simbólicas para convertirse en algo o para ser alguien.

  • Acompañar a otro en la posibilidad del lleno y del vacío para contener y contenerse.

 

En la búsqueda de acercarnos a promover la acción/transformación por parte de los niños y niñas sobre el juego, nos proponemos que los elementos y objetos que vamos a ofrecer cada semana no varíen drásticamente en su elección. Esta decisión busca ofrecer la seguridad necesaria que las infancias necesitan para apropiarse del espacio y, por ende, del juego. Es decir, si una semana elegimos utilizar maderas, alfombras y cortinas traslúcidas, el viernes siguiente intentaremos conservar al menos uno de estos elementos.

Otra consideración que nos aproxima un poco más a este objetivo es evitar que el espacio configurado ya esté “lleno”, cargado de elementos y objetos por doquier. Esto no permite el transporte de los objetos ni la movilidad de los niños y niñas. Es decir, dificulta la acción e imposibilita la transformación. Por esta razón trabajaremos en tríadas, utilizando tres elementos diferentes por semana.

Sin más preámbulos, en esta ocasión vamos a compartir una de las actividades realizadas dentro de la secuencia de intervenciones de juego, en la cual nos propusimos la siguiente intervención del espacio:

• Objetos en tríadas, dispuestos en el espacio en “forma circular”.

• Ubicación de los siguientes elementos: maderas, sábanas translúcidas y alfombras circulares.

La selección de objetos ha sido pensada en relación con las funciones que podrían cumplir en el espacio de juego.

En esta oportunidad consideramos funciones como permitir la construcción vertical y horizontal; posibilitar el escondite o la desaparición; delimitar espacios, ofreciendo territorios de nosotros o para compartir.

Durante el desarrollo de la actividad se han capturado algunas imágenes, que presentamos a continuación, donde entendemos se ven reflejadas varias de estas funciones.

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A modo de análisis, el sentido de las cortinas es ofrecer un lugar de ocultamiento, de refugio. Por ello podrá ser transmisor de intensas emociones relacionadas entre otras al miedo, a la aventura, a la valentía.

Las alfombras, por su parte, pueden servir para delimitar espacios. En las fotografías se observan la creación y la acción de “recorridos”, donde niños y niñas invitan a seguir un camino en línea recta.

Las maderas sugieren acciones de construcción, destrucción y reconstrucción. Y además de permitir ser apiladas, dan paso a diferentes transformaciones imaginarias. En esta oportunidad, las han utilizado tanto para realizar recorridos como para construir diversas estructuras.

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Rituales a seguir

1. Se les solicita a los niños y niñas que observen la intervención de juego durante unos minutos, antes de comenzar a habitarla.

2. Se genera un espacio de juego libre, con el docente como facilitador o moderador.

3. Se invita a los niños y niñas a recoger los materiales utilizados, despidiéndose del espacio mediante una canción.

La decisión de plantear determinados rituales que se reiteran en todas las propuestas que conforman esta secuencia de juego, se sustenta en que cada uno de ellos tiene un objetivo que consideramos puede aportar a la configuración del juego por parte de las infancias.

En primer lugar, se espera que a partir de la contemplación previa del espacio lúdico se genere en los niños y niñas el deseo de acceder al mismo y –con el deseo como motor– logren anticiparse, proyectando el juego en el pensamiento.

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Resulta atractivo este dualismo entre el “pienso” en el que las infancias plasman sus deseos, y el juego espontáneo que surge naturalmente en niñas y niños donde se ven reflejadas sus necesidades.

Es importante que el espacio de juego esté “inacabado” para que posibilite la transformación por parte de los niños y niñas. No debe estar establecido de antemano cuál será el juego en sí, sino que habrá elementos para que las infancias creen el juego que deseen o necesiten.

A su vez, en el espacio de juego libre es fundamental el rol del docente como facilitador, quien deberá participar activamente del juego poniendo en palabras lo que vaya sucediendo durante el mismo. Es decir, los niños y niñas expresan un relato a través del juego, y el rol del adulto es continuar ese relato mediante la palabra.

Asimismo, el docente irá evaluando el interés de las infancias con relación a los elementos presentados decidiendo, por ejemplo, si continúan siendo atractivos o si ya es momento de rotarlos.

A modo de síntesis

«Muy importante es el acompañamiento del relato lúdico por parte de los adultos que no solo reconocen las acciones infantiles, sino que continúan con la palabra el relato que la infancia expresa a través de la lúdica. Así, las instalaciones de juego son un lugar donde habita la posibilidad de desvelar “quien-soy-con-otros” desde el placer de ser y aprender en un lugar configurado para la continua construcción, deconstrucción y reconstrucción.»

(Abad y Ruiz de Velasco, s/f)

 

Este proyecto apunta a brindarles a niños y niñas la oportunidad de explorar libremente sobre los distintos escenarios enriqueciendo su capacidad creadora, a la vez que se desarrollan y fortalecen sus sentidos beneficiando su capacidad observadora y motriz.

Se espera que estas instalaciones faciliten que niños y niñas puedan observar y recrear el espacio, habitándolo y resignificándolo, para encontrar así nuevas formas de ser y de estar.

En síntesis, se trata de acompañar a las infancias a descubrir el mundo que las rodea y el cual habitan.

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Referencias bibliográficas
Referencia bibliográfica
ABAD, Javier; RUIZ DE VELASCO, Ángeles (s/f): “Repensar las instalaciones de juego: símbolo, metáfora y relación” en Cultura de Infancia. En línea: https://culturadeinfancia.com/repensar-las-instalaciones-de-juego/
HARF, Ruth; ORIGLIO, Fabricio; PITLUK, Laura; ULLÚA, Jorge (2009): ¿Qué pasa con el juego en la educación inicial? Buenos Aires: Ed. Hola Chicos. Colección Qué pasa.
RUIZ DE VELASCO GÁLVEZ, Ángeles; ABAD MOLINA, Javier (2016): “Lugares de juego y encuentro para la infancia” en Revista Iberoamericana de Educación, Vol. 71, pp. 37-62. En línea: https://rieoei.org/RIE/article/view/3/1
RUIZ DE VELASCO GÁLVEZ, Ángeles; ABAD MOLINA, Javier (2019): El lugar del símbolo. El imaginario infantil en las instalaciones de juego. Barcelona: Ed. Graó
SARLÉ, Patricia M. (coord.) (2010): Lo importante es jugar... Cómo entra el juego en la escuela. Rosario: Homo Sapiens ediciones.