Esteban Coitiño
Maestro
Cada año, el 20 de mayo, nuestro pueblo se moviliza por memoria, verdad, justicia y nunca más. Cada una de estas dimensiones tiene gran importancia y significación.
Es necesario abordar cada una de ellas desde el recuerdo, el análisis, la propuesta y la movilización... debemos hacer todo eso y ser conscientes de que no podemos abandonar nuestra lucha.
Tenemos la obligación moral de recordar, de mantener viva la memoria de la resistencia a la dictadura fascista
(1973-1985) de aquellos hombres y mujeres concretos que fueron artífices de esa gesta. Es obvio que en unas líneas resulta difícil abarcar todas estas dimensiones, pero sí podemos compartir algunas reflexiones.
En primer lugar, la importancia de recordar. Recordar para tener entre nosotros, bien cerca, cada hecho, cada experiencia, cada anécdota vivida por un pueblo que no dio un minuto de tregua a la dictadura, porque todos y cada uno de los minutos en que hubo dictadura hubo resistencia. Tener plena conciencia de que la dictadura no cayó, a la dictadura la derrotó el pueblo organizado.
En este ejercicio de volver sobre las vivencias, compartimos un recuerdo de resistencia... de necesaria esperanza.
«Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros. Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:
–¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar: –Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
–Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.» (Galeano, 1986) 1
Hay que analizar mucho, profundizar, también desarrollar acciones. Quizás debamos comenzar por reconocer que la impunidad sigue siendo uno de los temas que más dañan moralmente a nuestro país, con los riesgos que eso supone para el presente y para el futuro.
Quizás una de las leyes más inmorales que haya votado el parlamento es la Nº 15.848, ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado o, como la llama el pueblo, “Ley de impunidad”. Porque en Uruguay hay cobardes que secuestraron, torturaron, violaron, asesinaron, desaparecieron compañeras y compañeros, y hoy siguen caminando por las calles sin que sus atrocidades y violaciones a los Derechos Humanos sean juzgadas. No conformes con eso han creado una cultura de la impunidad y de la mentira, nos decían que en nuestro país no había desaparecidos, que no existían pruebas, y mintieron, y encubrieron, y se burlaron del dolor de las familias... hoy tenemos a cuatro compañeros que fueron encontrados –Julio Castro, Ricardo Blanco, Fernando Miranda y Ubagesner Chaves Sosa– que prueban que sí hubo torturas, que sí hubo asesinatos y que sí hubo desapariciones forzadas. También es importante recordar que han intentado amedrentar, con amenazas y con desaparición de materiales, a los equipos de investigación que trabajan en el tema. También es importante recordar que se demostró que existió investigación y seguimiento de personas en democracia... los archivos Castiglioni prueban que la inteligencia nunca dejó de actuar. Hay que recordar que hubo maestras militantes clandestinas, perseguidas, destituidas, presas políticas, exiliadas, y también asesinadas y desaparecidas. Hay que hablar de la Huelga General del '73, del '80 y del triunfo del NO, del 1º de mayo del '83, del Río de Libertad... y de quienes se jugaron todo en esa batalla contra el fascismo que asoló nuestra patria.
Nuestros niños, niñas y jóvenes tienen el derecho de saber quién era Elena, quién era Julio, quién era Gustavo, quién era María Emilia, quién era Cecilia, quién era Jorge... Tienen el derecho de conocer todas esas anécdotas de la resistencia, todas esas maestras que llevaban volantes en el bolso venciendo el terror, conviviendo con el terror, pero sin dejar de luchar. Y nosotros tenemos la obligación de contárselas, de investigar con ellos y de estudiar cada día más... para que la lucha de nuestro pueblo y del magisterio contra la dictadura sea patrimonio de cada uruguayo y cada uruguaya. Ese es el camino para el NUNCA MÁS, que recordemos, que sepamos lo ocurrido, que nos comprometamos con acciones concretas para barrer la impunidad del Uruguay. Todo esto nos obliga a luchar más, a exigir más verdad y más justicia. Porque no es lo mismo recordar que olvidar. Por eso convocamos y participamos, año a año, de todas las Marchas del Silencio que se hacen en cada rincón del país. Por eso proponemos recordar, cada 20 de mayo y todos los días, a nuestras maestras que resistieron el autoritarismo y la dictadura fascista con heroísmo y compromiso. Hay que hablar en cada escuela, en cada clase, en todos lados...
MEMORIA, VERDAD, JUSTICIA Y NUNCA MÁS TERRORISMO DE ESTADO
Mtro. Esteban Coitiño
Secretario de Prensa y Propaganda de FUM-TEP