
Víctor Brindisi
Maestro
Los días 6 y 9 de agosto se cumplió un nuevo aniversario de las explosiones atómicas que en 1945 conmovieron a toda la humanidad y pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial.
Ya derrotada y ocupada Alemania, y fabricada la bomba atómica por EE. UU., había que probar su potencia. Se pudieron haber elegido regiones del planeta donde este “experimento” no implicara costos humanos tremendos y evitado así la devastación de importantes territorios, pero había que demostrarle a Japón, y a todo el mundo, el predominio que significaba tener un arma atómica.
El 6 de agosto de 1945, a las 08:15, un bombardero B-29 dejó caer una bomba de 15 kilotones (kt) sobre la ciudad de Hiroshima (350.000 habitantes), el segundo centro militar-industrial más
importante de Japón. La bomba explotó a 580 m de altura, mató instantáneamente a unos 80.000 habitantes e hirió gravemente a 100.000 más. El 65% de Hiroshima quedó completamente destruido. Se estimó que la temperatura en el centro de la explosión llegó a un millón de grados centígrados y en zonas cercanas al hipocentro osciló entre tres mil y cuatro mil grados centígrados.
El 9 de agosto, otro bombardero B-29 dejó caer una bomba, esta vez de 21 kt, sobre la ciudad de Nagasaki (253.000 habitantes), ocasionando daños de muertes y destrucción similares al ataque anterior.
A consecuencia de las explosiones en ambas regiones se inició un camino de muerte, dolor y
sufrimiento para las víctimas que no sucumbieron en ellas. Además de las heridas y quemaduras, los efectos de las radiaciones que se mantuvieron durante muchos años aumentaron la nómina de víctimas. Quedan aún pendientes situaciones de tremendo dolor.
Manifestamos nuestro más profundo respeto a los “hibakushas”, sobrevivientes que siguen en pie y luchan por “Nunca más Hiroshima”.
1. Si la paz es una necesidad suprema de los pueblos para vivir con dignidad.
2. Si la guerra y las armas son los principales enemigos de la humanidad.
3. Si las armas nucleares suponen:
► Riesgos de poner en peligro la vida sobre la Tierra.
► Contaminación permanente determinada por su fabricación y sus ensayos.
► Inmensos costos que podrían destinarse a eliminar el hambre y la enfermedad.
a. No al primer golpe (compromiso de no uso ni amenaza).
b. Compromiso de no fabricar más armas nucleares en el futuro.
c. Eliminación de todas las armas nucleares en los próximos diez años.