Evelyn Da Roza
Maestra
Casi sin darnos cuenta, o por lo menos sin grandes planificaciones previas, un cuento se instaló en la vida de la clase con tal fuerza, que necesité habilitar distintos espacios para disfrutarlo.
Una Pindó (Olaondo, 2003) llega a la clase como una simple propuesta de disfrute. Un cuento muy placentero para los niños por su trama, sus imágenes y retahílas.
Este cuento capturó el interés del grupo que lo recordaba todos los días y reclamaba volver a escucharlo. Así fue que entre todos volvíamos a reconstruirlo oralmente, recordando los personajes, su orden de aparición, lo que decían...
También disfrutábamos de una canción basada en el cuento, que se llama “La meneadita del yacaré”[1], de Marcelo Ribeiro.
Es esos días llegó a mis manos un CD del grupo L'Arcaza Teatro, un grupo de teatro uruguayo que representa cuentos, y entre ellos Una Pindó que estaba grabado en ese CD. Como era muy largo lo fuimos escuchando de a poco, durante la semana. Escuchando-recordando-cantando-jugando. Así surge la idea de representarla, y el cuento –que ya era parte de la clase– se mezcló aún más. Comenzamos a hablar y a jugar los personajes y las situaciones. A pensar en el escenario, el vestuario, el público, las invitaciones...
Finalmente, después de mucho jugar, la representamos para las otras clases y para las familias en el festival.
A partir del interés, del gusto, del disfrute, me detuve a pensar en esta experiencia del teatro en la clase y surgió la siguiente planificación.
[1] En línea: https://www.youtube.com/watch?v=9uoqh1Hq3X8
- Instalar un espacio de disfrute, juego y placer, en el que los niños puedan crear personajes, representarlos.
- Buscar las distintas posibilidades de transformar los espacios, los materiales, los textos...
- Trabajar con el número en función de las necesidades de conteo y resolución de situaciones problemáticas sencillas.

Escuchar, inventar cuentos. Conversar sobre ellos. En pequeños grupos representar cuentos y situaciones de la vida cotidiana. Organizar esos pequeños grupos. Elegir, reconocer, escribir, crear personajes, diálogos. Ordenarlos según su aparición en los cuentos. Dibujarlos mediante distintas técnicas. Observar, reconocer, escribir y diseñar folletos e invitaciones. Escuchar y cantar canciones. Investigar sobre elementos de interés que aparezcan en los cuentos: personajes, lugares, etcétera.
Preparar y escribir cartas entre todos, para pedirles a los padres que aporten cosas para disfrazarnos. Elaborar individual y/o grupalmente elementos para la escenografía. Transformar los espacios según sean las necesidades.
Actividades de numeración: cuántas tarjetas de invitación debemos elaborar si las entregamos por familia, cuántas sillas en el anfiteatro. Trabajar sobre la hipótesis de cuántas personas vendrían por familia. Conteo, transformación de cantidades. Registrar.
Trabajo en el espacio: cómo disponer las sillas, la escenografía y demás elementos para optimizar el uso del espacio, mejorando la visual de los espectadores, la comprensión de la obra, etcétera.
Conversar, realizar acuerdos sobre las representaciones que iremos realizando.
Participar a las familias de lo que estamos haciendo, sea en forma escrita o por medio de una reunión.
Realizar la función.
Cuentos, grabador, diferentes materiales para expresión plástica. Máquina de fotos. Papelógrafos.
Durante el tiempo que duró la unidad pude observar a los niños trabajar interesados y muy involucrados en resolver las situaciones que se nos presentaban desde las distintas áreas del conocimiento. También fue una gran oportunidad para aprender a trabajar en equipo, a respetar y valorar la opinión de los otros, en fin, para ensayar la vida...